En invierno, las posibilidades de contagio aumentan. Antes de los dos años los niños son uno de los grupos etarios más afectados. El menor desarrollo de su aparato respiratorio, su sistema inmune inmaduro y su alta exposición a ambientes cerrados y hacinados, los hacen más vulnerables a este tipo de males.
Numerosas son las enfermedades que pueden aquejar a
los más pequeños. En los meses de otoño e invierno las probabilidades de
contagio de algún virus aumentan, en especial, cuando se trata de
problemas respiratorios. Estos trastornos son causados por
microorganismos que afectan las vías aéreas, es decir, fosas nasales,
faringe, laringe y bronquios, entre las más comunes.
En el caso de
los menores de dos años, su suceptibilidad a adquirir infecciones es
mayor a la de los adultos, lo que los convierte en el grupo etario más
afectado. Si nos centramos en ese grupo, antes de los seis meses el
riesgo es aún mayor. Su aparato respiratorio está menos desarrollado y
tienen un sistema inmune -encargado de protegernos contra las
enfermedades- aún inmaduro.
Las enfermedades más frecuentes
El contagio de los diferentes virus dependerá de la edad y condición en la que se encuentre el niño. Sin embargo, la doctora Lorena Cifuentes, pediatra de Red Salud UC, explica que "las dolencias más comunes en esta época son la bronquitis obstructiva; la laringitis obstructiva, en que se produce inflamación de la laringe, tos y afonía; la influenza; y otras complicaciones como la otitis media aguda o la neumonía".Además, están aquellas enfermedades que están presentes durante todo el año. "El resfrío común y las rinofaringitis (inflamación de la mucosa nasal y
de la faringe) son frecuentes en los niños de esta edad. Ahora bien, los menores de seis meses son los que tienen más riesgos de contraer el virus sincicial y de presentar crisis bronquiales obstructivas en este periodo, por lo que hay que tener un mayor cuidado con ellos".
¿Cómo identificar el virus?
No todos los virus tienen un diagnóstico. En muchas ocasiones resulta, incluso para los expertos, difícil reconocer de qué microorganismo se trata. Sin embargo, la doctora Cifuentes asegura que algunos producen cuadros más típicos. "Por ejemplo, el virus sincicial se caracteriza por producir mucha coriza ("moquitos") y tos. El virus parainfluenza, que produce laringitis, se puede distinguir -en términos muy sencillos- por la tos de perro, con afonía y disfonía bastante intensa. La influenza la podemos identificar porque hay decaimiento, fiebre alta, dolor muscular y no siempre está acompañada de inflamación de la mucosa nasal".De esta forma, es importante que los padres estén atentos a los síntomas de sus hijos, para evitar cuadros respiratorios graves y pasar un invierno sin complicaciones.
Cuándo recurrir a los servicios de urgencia
Los síntomas de los resfríos y otras molestias respiratorias son bastante comunes, por lo que pueden ser controlados y consultados por los padres a sus pediatras de manera anticipada. Así se evita llevar a los niños a los centros de urgencia por cualquier causa, pues en ellos se dan las condiciones necesarias para que los menores se contagien otras enfermedades. No obstante, hay síntomas de alerta que sí requieren atención inmediata. La respiración dificultosa, fiebre en los menores de un mes, decaimiento excesivo y la escasa reacción a estímulos deben ser consultadas de manera precoz. En estos casos los servicios de urgencia son la mejor alternativa.Cómo prevenir el contagio en menores
- Tener las vacunas al día.
- No acudir a lugares hacinados y cerrados.
- Mantener medidas básicas de higiene, como lavarse las manos.
- Evitar la exposición al aire frío.
- Ventilar por lo menos una vez al día los espacios al interior de la casa.
- Evitar calefacciones que utilicen carbón, leña y parafina.
- Evitar el cigarro en todo momento. El humo es dañino para la salud del menor.
Derribando Mitos
La medicina ha demostrado que:- Los cambios de temperatura NO producen las enfermedades respiratorias.
- El uso de paracetamol, de manera anticipada, NO evita el contagio.
- Los antitusivos NO siempre ayudan a disminuir la tos. Incluso, muchas veces no tienen efecto alguno.
- Las mascarillas sólo sirven por pocos minutos. Por lo tanto, su uso prolongado NO tiene efectos preventivos.