viernes, 10 de agosto de 2012

ANSIEDAD DE SEPARACIÓN

Las despedidas con llantos y rabietas son habituales en los primeros años de vida de un niño. Muchos niños, cuando alcanzan la edad de 1 año aproximadamente, desarrollan ansiedad a separación y se sienten mal cuando sus padres intentan dejarlos con otras personas.
Aunque la ansiedad de separación es perfectamente normal en el desarrollo de un niño, puede ser inquietante.
Entender lo que le está ocurriendo al niño y conocer algunas estrategias para enfrentar el problema puede ayudarles tanto a usted como a su hijo a atravesar estos momentos difíciles.

Cómo se desarrolla la ansiedad de separación

 

Los bebés suelen adaptarse muy bien a otros cuidadores. ¡Es probable que sientan más ansiedad por la separación los padres que el bebé! Mientras se satisfagan sus necesidades, la mayoría de los bebés menores de 6 meses aceptan fácilmente a otras personas.
Entre los 4 y 7 meses, los bebés desarrollan el sentido de permanencia de los objetos y aprenden que las cosas y las personas siguen existiendo aunque ellos no las vean. En ese momento los bebés empieza con el juego de "arrojar": tiran cosas al suelo desde una silla alta y esperan que un adulto se las recoja (y en cuanto las recuperan, ¡vuelven a arrojarlas!).
Lo mismo ocurre con los padres. Los bebés se dan cuenta de que sólo hay un papá y una mamá, y si no pueden verlos, para ellos significa que se han ido. Muchos todavía no entienden el concepto de tiempo, y por ello no saben si usted volverá ni cuándo volverá.
Tanto si está en la cocina, como en la habitación de al lado o en la oficina, para su bebé es lo mismo. Usted ha desaparecido, y hará todo lo que pueda para evitar que esto ocurra.

El estrés puede desencadenar ansiedad

Entre los 8 meses y 1 año de edad, los niños se vuelven cada vez más independientes, sin embargo, también aumenta en ellos la incertidumbre respecto a separarse de sus padres. En este momento es cuando se desarrolla la ansiedad de separación, y un niño puede ponerse nervioso y alterarse cuando uno de sus padres intenta irse.
Tanto si se trata de que usted vaya a la habitación de al lado sólo unos segundos, como de dejarlo con una canguro por la tarde o llevarlo durante el día a una guardería, su pequeño podría reaccionar llorando, aferrándose a usted y resistiéndose a ser atendido por otros.

La edad en la que aparece la ansiedad por separación puede variar de un niño a otro. Algunos niños pueden experimentarla más tarde, entre los 18 meses y los 2½ años de edad. Algunos nunca llegan a experimentarla. Y en el caso de otros, ciertos acontecimientos estresantes pueden provocar sentimientos de ansiedad respecto a separarse de sus padres: una situación nueva relacionada con la manera en que recibe los cuidados o un cuidador nuevo, el nacimiento de un hermano, mudarse a un sitio nuevo o tensiones en el hogar.

¿Cuánto dura la ansiedad de separación? Varía, dependiendo del niño y de cómo respondan los padres. En algunos casos, según sea la personalidad del niño, la ansiedad de separación puede durar desde la primera infancia hasta los años de la escuela primaria. En los casos en los que la ansiedad de separación interfiera con las actividades normales de un niño, puede ser una señal de que existe un trastorno más profundo de ansiedad de separación. Si la ansiedad de separación aparece de repente en un niño más mayor, podría haber otro problema, como acoso escolar o abusos o malos tratos.
La ansiedad de separación es diferente de los sentimientos normales que experimentan los niños mayores cuando no quieren que uno de sus padres se vaya. En esos casos, la angustia normalmente se supera si se distrae al niño suficientemente, y no volverá a presentarse hasta que el progenitor regrese y el niño recuerde que se había ido.

Y los niños comprenden el efecto que este comportamiento tiene sobre los padres. Si usted entra corriendo en la habitación cada vez que su hijo llora y luego se queda más tiempo o anula sus planes, su hijo continuará usando esta táctica para evitar la separación.

Qué siente usted

Durante esta etapa, usted podría experimentar diferentes emociones. Puede ser gratificante sentir que su hijo está tan apegado a usted como usted a él. Pero también es probable que se sienta culpable cuando se tome tiempo para usted, deje al niño con un cuidador o se vaya a trabajar. Y podría empezar a abrumarse por la cantidad de atención que su hijo parece necesitar.

Tenga presente que la resistencia de su pequeño a que usted se vaya es un signo bueno que indica que se ha producido un apego saludable entre usted y él o ella. Al final, su hijo logrará recordar que cuando usted se va siempre vuelve, y eso será suficiente para que se quede tranquilo mientras usted está fuera. Esto también permite que los niños desarrollen habilidades de afrontamiento y una cierta independencia.

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